Lo publica en la prensa la Confederación Intersindical Galega, Correos ha denegado permiso "de reducción de jornada, en una hora" a una empleada, para el cuidado de una hija con discapacidad. Por otra parte la Confederación General de Trabajadores denuncia el cese de un Delegado Sindical que mantiene relación jurídica laboral con la empresa, como trabajador indefinido.
No imperan los buenos modos. ¡Algo pasa en Correos!, ya no se trata de buscar razones de carácter organizativo, pues hace tiempo que nos preguntamos si los dirigentes disponen de las más elementales aptitudes para llevar a buen término el adecuado funcionamiento de la empresa de distribución que es Correos. Se trata de que si esto no son errores o deslices involuntarios, estaríamos ante un desorden mental transitorio. Personalmente me cuesta pensar que unos responsables provinciales denieguen tal solicitud a una trabajadora.
Por muy mal que pueda funcionar la política de personal, nada justifica tal actitud, sobretodo en una empresa que dispone de medios y de dirigentes con coraje y voluntad suficientes para dar solución a tales situaciones. ¡Necesariamente tiene que tratarse de un error!
Para evitar equívocos, debemos razonar lo siguiente: No se trata de que los empleados que son funcionarios, o laborales provenientes del extinto Ente (Administración Pública), carezcan de aptitudes para adaptarse a un funcionamiento propio de la actividad privada; se trata de que viendo lo acontecido hasta la fecha, los gestores, los dirigentes, pueda que no tengan capacidad, ni formación, ni talento empresarial; que utilicen el "imperium" propio de la Administración Pública, para desenvolverse en el mercado, así nos va, véase la intervención del Tribunal de la Competencia que ha sancionado seriamente a la empresa pública por actuación abusiva, si bien condonoda bajo compromiso de ¡no lo volveré a hacer!; que utilicen a su antojo la actuación administrativa (en situación, a mi entender, ilegal) cuando les resulta favorable y cuando no, se presenten como una empresa más de las que pululan en el mercado de la competencia; que en sus litigios se valgan de la abogacía del Estado (que ya empieza a denotar cierto cansancio, al defender en ocasiones lo indefendible, sacando airosos del atolladero gracias a su talento, astucia y preparación; a muchos incompetentes -"entiéndase en razón de la materia"- que están causando daño a quienes en toda lógica habrían de ser los verdaderos defendidos) lo que les permite disponer de un órgano altamente especializado, pensado para la representación y defensa del Estado y no para sacar de apuros a quienes se salen del guión, cometiendo imprudencias e irregularidades en nombre de una empresa pública. Es hora de que se pidan responsabilidades a quienes se esconden detrás de una gran empresa, en cuyo nombre realizan incumplimientos, en ocasiones "graves", y que deberán salir a la luz pública; es hora de que sus dirigentes reconozcan su ineptitud para llevar a cabo la labor empresarial que tienen entre manos y de que, se sepa que la empresa funciona por la competencia -"entiéndase por sobrada aptitud"- de sus bases, aún siendo mal dirigidas.
Correos a mi entender se ha anquilosado, pero no porque no se hubieran puesto los medios para un adecuado desarrollo, que quizá los mentores del nuevo sistema inicialmente lo hicieron, sino porque no se han puesto los medios humanos con capacidad y conocimiento y, porque no se articularon las normas jurídicas necesarias para la viabilidad productiva teniendo en cuenta la existencia de un elevado número de funcionarios y laborales con derechos adquiridos en la Administración Pública. Y ello, como queda dicho, a pesar de haberlo previsto sus mentores y haberse estampado en la propia ley de constitución.
La nueva empresa, continúa estancada en el modelo mecánico, la apariencia de informatización se queda en un sencillo maquillaje al compararlo, salvando el tamaño y volumen productivo, con el utilizado en cualquier empresa de la competencia, véanse las ofertas privadas de certificado E-Mail, la confirmación de texto ante Notario, etcétera, que no quiere decir que vengan a superar a nuestra organización o que, la misma no pueda hacerles frente con mejores resultados. Se trata de que no se ha puesto en marcha ningún sistema similar o, en el peor de los casos con la actual configuración jurídica se ha dejado de garantizar con plena fehaciencia, a mi entender por citar un ejemplo, la garantía del texto en el servicio Burofax, al ser emitido ahora por un sujeto que opera conforme a Derecho privado.
El modelo empresarial actual, de la sociedad estatal es propio de un empresa jurásica, muy distante de lo que debería ser, una e-mpresa e-volucionada.
Lo que ya no tiene justificación, ya sea el modelo de empresa, jurásica, adaptada, en red o, e-volucionada; es que sus dirigentes no sepan estar a la altura como personas en el momento que son requeridos para ello y no sepan hacer uso del coraje humano. Lamentable resulta que una trabajadora deba reclamar una cuestión como la señalada más arriba, denunciada por la Confederación Intersindical Galega, vergüenza nos debe causar como empleados y como ciudadanos leer en un periódico una noticia como esta, nacida en una empresa pública con capital cien por cien del Estado. ¡Necesariamente tiene que tratarse de un error!